08 septiembre 2006

Carta de un preso

No me apetecía meter una introducción, pero lo voy a hacer porque es cuanto menos , curiosa. La cosa es que la otra noche tuve una horrible pesadilla en la cual, estaba presa esperando mi ejecución y mientras que lo hacía, escribí lo que sigue a esto en las paredes de la celda.
Creo que esta ha sido la única vez que me he acordado con tanta claridad de algo que he escrito en sueños.
..........

No sirvo para esto. Siempre supe que fui yo quien puso las reglas al juego… quien levantó barricadas y muros entre nosotros… y aun así, por miedo al fracaso y al dolor, te convertí en el objeto de mi ira: aquello que cualquier persona busca para culpar de sus frustraciones y sueños defenestrados.

Quizá la soledad, el frío que emana de estas paredes, haya sido el revulsivo que dota de algo de sentido común a mis torpes dedos, o quizá fue el canto triste de la luna en mis oídos lo que hoy me invita a decirte lo que lees.
A veces pasa que llegar tarde es inevitable, pero debo hacer un último intento: un último intento que sirva de vendas a las heridas que te causé.

Sé que es tarde para decir que solo quiero perderme entre tus brazos y no encontrar jamás la salida, mecerte en la oscuridad del día cuando la pena embarga tu alma, jugar con tu risa en la eternidad del momento, calentar tu cama para que nunca esté fría, enjugar tus heridas y secar tus lágrimas, pero hoy hice un descubrimiento y es por eso que estoy llenando estas paredes de palabras muertas.

Descubrí que mi pelo está hecho para que tus manos se pierdan distraídamente en él. Que mis ojos están hechos para mirarte, para perderme en cada cuento que me relatan los tuyos, para decirte todo lo que mi corazón siente y mi boca no puede decir, para brillar cuando te ven y escupir baratas lágrimas cuando no estás. Que mi nariz está hecha para oler el perfume de tu piel, el aroma de los recuerdos que vas creando día a día. Que mi boca está hecha para decirte lo mucho que te quiero, para arrancarte una sonrisa cuando estás triste, para reír cuando estás alegre, para saborear el Edén que siempre me ofreces, para besarte, para susurrar escalofríos en tu oído. Que mi piel está hecha para sentirte, para sentir tus caricias, tus besos y tu calor. Que mis manos están hechas para abrazarte cuando tienes frío, para acariciarte hasta que te quedas dormido, para cogerse de la tuya cuando paseamos, para tocarte y alcanzar el paraíso prohibido, para curar tus heridas. Que mis piernas están hechas para caminar a tu lado, para correr si hay que huir, para pasear si se puede disfrutar, para bailar al son de los latidos de tu corazón. Que mis pies están hechos para soportar las piedras del camino si el camino que recorro está junto al tuyo, que mi corazón está hecho para quererte, para leer más allá de tus palabras, para llevarte siempre en él allá donde vaya; en definitiva, descubrí que estoy hecha para…


+ Y me abracé al frío de la tierra.
Codo con codo,
barra a barra
y al final un suspiro;
intimidad con la melancolía,
mi taza de café
y a la espera de una cama que perdió el verbo odiar +

4 comentarios:

Iréz dijo...

Alucinante. Impresionante.

Tus sueños molan.

Enhorabuena !!

:)

Rocío dijo...

Sería una pesadilla, pero olé. Poco más que decir, sí.

mo dijo...

Muchas gracias bonicas, sois un encanto ^^ . Creo que esta es la única vez en la que puedo decir que una pesadilla ha servido para algo xD.

Anónimo dijo...

Me ha encantado, a mi me gusta mucho escirbir, he tomado nota si no te importa. Enhorabuena de veras. Ana

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