28 septiembre 2006

Maitane. Conversaciones III

Decían las nubes aquella tarde que querian llover. Todos los edificios, las carrteras, los coches y las personas eran grises. Aquella luz mataba la vida, y calmaba los golpes y angustias que se repartian por igual dentro de mi corazón. Me gustaría mucho tomar un chocolate. Podemos ir a la confiteria de Juana. Si por favor, quiero ir allí. Nos respetó la suerte, buena o mala, pues solo dos gotas mojaron su cara de niña nates de cruzar la puerta de la confiteria. Quiso sentarse en junto a la ventana. Allí sonaban las gotas de lluvia, y ella no dejaba de mirarlas. Era como si contara cada gota, cada sonido de alma que se rompe contra un cristal.
¿De donde vienen las gotas de agua? ¿De donde viene la lluvia? Me costó un poco reaccionar. Estaba solo pensando en verla. Las gotas de lluvia son solo el sueño del cielo. El cielo siempre quiso tocar el suelo. Y solo a traves de la lluvia lo puede hacer. ¿Por qué quiere el cielo tocar el suelo?. El cielo es maravilloso. No entiendo que quiere en la tierra.Todo es gris. Todo es triste. En la tierra, Maitane, estas tu. Esta la gente maravillosa que hace felices al resto del mundo. Se volvió, tomó la taza de chocolate y bebió. Bebió y se manchó el labio de chocolate.
Reí. Siempre reía. Miró la lluvia. Rio.

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