Cansado,
con los pies hundidos en el fango,
los huesos húmedos
de la sangre de cientos de batallas perdidas,
y la mirada fija solo en sus ojos.
La espada pesa tanto como todos mis recuerdos,
y mi fuerza hace siglos que se ha esfumado,
he vendido mi alma al diablo por un solo vértigo,
y ahi esta mi último golpe.
La espada pasa lejos,
a unos centímetros que parecen años luz.
Sopeso la idea de otra estocada,
y de nuevo sus ojos.
No tiene sentido,
este mi momento, mi suspiro de vida,
y huyo, solo huyo.
Salté al vacio y no había lugar donde caer.
Y ahora, solo puedo darme la vuelta y esperar.
Mi enemigo no me matará por la espalda,
ya estoy muerto.
Ahora ya solo puedo...
ahora ya solo puedo aceptar la derrota y la humillación.
Lo siento, perdí como otras tantas veces y sin embargo...
no tiene sentido volver a mirar a los ojos a mi enemigo.
01 octubre 2007
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