Mi derrota es la lluvia
en la mañana,
el agua en la cara,
un amargo despertar.
Mi derrota es ingenua,
que espera siempre un final feliz,
que mira con entusiasmo
un futuro incierto.
Mi derrota es el fútil lapso de tiempo
entre un suspiro y una mirada,
entre dos manos enlazadas,
entre tu negativa y mi asunción.
Mi derrota se folla
tres veces a la semana
a mi victoria,
y a ninguna de las dos le gusta.
Mi derrota me suele mirar a los ojos,
y me niega realidades,
y al final es tan linda,
que no me separo de ella.
Mi derrota es tan hermosa,
que no pasa un solo día,
sin mirarla, sin hablarla,
sin besarla ni echarla de menos.
Mi derrota me acompaña
cada noche,
se duerme a mi lado y al amanecer,
si duermo, me observa.
17 abril 2008
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