Ya no necesito escribir en las servilletas de los bares
como cuando no podía seguir respirando
si no hablaba
en ese preciso instante
con un papel.
No sé,
pero ahora parece que soy capaz de seguir palante
sin que me ahoguen las arcadas
ni todo lo que no he dicho
ni todo lo que no te he dicho.
Me siento vacía
porque mis manos no saben decir
lo que no saben decir mis labios.
Me huele a cerveza el aliento
y a cansancio el sudor.
Se me ha olvidado ya
si yo
creo en el destino
en las señales
o en su puta madre.
No entiendo
por qué
sigo esperando
que me hagas carantoñas.
Que gritemos palabritas,
que susurremos palabrotas.
11 febrero 2007
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1 comentario:
Tu si que ERES. Sigo sientiendo cada palabras que escribes. Siguen siendo la persona que mejor escribe cosas que se pueden tocar. Un beso pequeña joven.
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