03 noviembre 2006

Empapados

Ahí fuera
se diluyen las estelas
y todo el mundo se pierde
y nadie se detiene,
todo el mundo se moja
y mete los pies en los charcos.

Ahí fuera
llueve a cántaros
como si acabase el mundo hoy
y nadie se molesta siquiera en mirarse a la cara
a decirse una o dos verdades
o endeudarse un abrazo.

Tras la ventana
el mundo se reparte la soledad en montones de a diez
mientras yo
me la quedo toda para mí
sin repartos
esperando a que fuera salga el Sol

1 comentario:

bottor dijo...

Y nadie parece darse cuenta de que acabaremos buceando en soledad...

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