Quien añora el lugar donde conviven el cemento y los ladrillos, donde la miel se pega al lodo, donde los miedos se pintan con su caja de colores, donde sonreír a veces es una simple pegatina.
Y si salgo, te regalo un cromo a cambio de tus pensamientos y si no salgo, pinta un beso con aguja y dedal para decorar estas cuatro paredes.
No sé si es mañana, ayer, lunes o sábado, si esto lo he vivido ya o es un dejavu, si el dolor está encadenado a mi cuello o comparte mis sueños y esperanzas.
Las tostadas saben a cansancio, al exilio eterno del deber y el compromiso, no levanto los párpados ni aun siendo de noche, no merece la pena… ¿para qué?.
21 junio 2006
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