Me arden las manos cuando
toco el corazón de la gente
y
lo siento latir entre mis dedos.
Me arden
las manos cuando
soplo
colores
en los labios más sabrosos
que recuerdo.
Me arden las manos
cuando
me arranco estertores
a puñetazos.
Me arden las manos cuando no me queda ya nada en el pecho.
30 enero 2008
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4 comentarios:
...y a mí me arde el pecho porque no soy capaz de sacar lo que llevo dentro, y una víscera que (dicen) no tiene más labor que sentir se quema y quema todo lo que pasa por él y las cenizas llegan a la sangre y al final obstaculizan los pensa(senti)mientos, obstruyendo en el cerebro... no estoy muy segura de que sea una descripción muy científica, aunque sí bastante desagradable...pero el caso es que hay algo que oprime y en ocasiones impide respirar. Al final te acabas acostumbrando, pero ello no quita que sea un poco coñazo.
Que lo que venía yo a decir, aparte de la envidia que da leerte (envidia creativa, o algo así) es que sigues siento enorme. Y que de vez en cuando me apetece tomarme unas cañas contigo jaja.
Si es que eres un ricura... Y una pedazo de artista. A veces las visceras estorban más que aportan. Soy un debedor de cañas. Lo sabe todo el mundo. Un día de estos...
ese ardor de manos lo siento yo muy dentro, porque con las palabras que se clavaban en mis poros ella sabía que podía atraparme. Cuando pienso en unas manos, son sus manos, las siento, las disfruto y agradezco como me tocan. Porque sé que ella nunca ha tocado de esa manera. Y ella puede ser alguien con nombre..
De camino al curro en puto atasco de la mañana:
En mitad del frío,
solo quiero,
sus mejillas
ardientes
en mi cara,
el calor
de sus labios
en mi cuerpo,
mi alma
congelada
entre el calor de sus piernas.
Mierda de ardores, mierda de visceras, si no las necesitara, en el cubo de basura estaban ya.
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