Vacío y estridente
suena
el silencio
chirriando
reverberando lamentos y desesperación
en forma de pensamientos en busca de explicaciones
agolpados en mi sien
aplastándome el estima
nerviosos e inquietos por el sepulcral silencio de mi alrededor
de mi cuerpo
por el silencio de mi expresión
ni el temblor resulta armonioso
ni la quietud relajante
no alcanzo a explicar porqué estoy así
cómo he llegado aquí
ni porqué este silencio resulta tan incómodo
y a la vez tan familiar
mientras tanto
me desvanezco en su envolvente ausencia
pero no quiero sentarme a ver como me desintegro
con mi propio instinto autodestructivo
y sin embargo
no puedo evitarlo
y aquí estoy
saboreando mis minutos de pena sin gloria
ya cotidianos
y bañados en el azúcar de la familiaridad
guardando en cajitas con cuidado los restos
para rememorarlos en momentos más luminosos
desconocidos e imprevisibles
indignos de confianza
y así seguir bañándome
en mi mar
de pena sin gloria
como siempre
de manera inevitable
y así sentirme cómodo
en mi almohada de desastres y fatalismo
con asiento en primera fila
para verme desaparecer
poquito a poco.
27 diciembre 2007
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